Mercado mexicano de turbosina evalúa cambios de Pemex

La cadena de valor del mercado de turbosina en México podría sufrir cambios drásticos, luego de que la empresa estatal mexicana Pemex eliminara su programa de descuentos por volumen para las ventas de turbosina.

Los precios de turbosina a partir del 1 de julio se determinan bajo el esquema de "precio único" anunciado por Pemex mediante un aviso oficial el 28 de junio, según una nota de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), el mayor cliente de turbosina de Pemex y el principal proveedor de combustible de aviación en México.

Pemex afirmó en su aviso del 28 de junio que el cambio tiene como objetivo mejorar su oferta para el consumidor final y proporcionar "un precio competitivo" para todos sus clientes. La empresa no ha respondido a una solicitud de comentarios de Argus desde el 12 de julio.

El programa de descuentos por volumen, activo hasta junio, permitía a los grandes participantes del mercado reducir los costes de la turbosina a través de grandes volúmenes de compra.

Este cambio, junto con un peso mexicano más fuerte frente al dólar estadounidense, probablemente provocó una disminución considerable de los precios de turbosina en los principales aeropuertos de México, a pesar de la subida de los precios internacionales.

El precio promedio de la turbosina en los cinco principales aeropuertos de México cayó en 5pc a Ps13.23/l ($2.75/USG) durante la semana del 2 al 8 de julio, desde Ps13.87/l la semana anterior, según cálculos de Argus basados en las tarifas de ASA.

Sin embargo, el 1 de julio, los precios de la turbosina entregada en la costa este de México desde la costa del Golfo de EE. UU. habían aumentado en 6pc.

Los precios cayeron aún más en esos aeropuertos durante la semana del 16 al 21 de julio, alcanzando su punto más bajo en cinco semanas, con un promedio de Ps12.96/l.

Los precios al mayoreo de Pemex no incluyen costes logísticos ni impuestos. Los principales aeropuertos de México por número de pasajeros son Ciudad de México, Cancún, Guadalajara, Monterrey y Tijuana.

Los principales distribuidores de turbosina en los aeropuertos, incluyendo a ASA y algunas empresas del sector privado, ya no mantendrán su ventaja competitiva como grandes compradores bajo el nuevo régimen de precio único, lo que podría abrir de forma abrupta el mercado mexicano de turbosina a una mayor competencia.

El nuevo régimen de precios podría favorecer a la empresa militar Gafsacomm, que comenzó a vender combustible para aviones en algunos aeropuertos menores este año. Los volúmenes de ventas de Gafsacomm no cumplían los requisitos para recibir descuentos, lo que colocó a la compañía en desventaja frente a los competidores más grandes.

Gafsacomm se creó en abril de 2022 y está a cargo de la secretaría de defensa (Sedena). La empresa también opera una docena de aeropuertos y la aerolínea comercial Mexicana de Aviación, que comenzó operaciones a finales de diciembre.

La creciente implicación de Sedena y la marina en el sector de aviación bajo el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto en desventaja a otras empresas, incluidas las aerolíneas comerciales, según Cofece, el vigilante de la competencia de México.

Gafsacomm comenzó a vender turbosina en el nuevo aeropuerto de Tulum este año y en el aeropuerto internacional Felipe Ángeles (AIFA) en mayo.

Por el contrario, el refinador estadounidense Valero, la única empresa del sector privado que tiene un permiso válido de importación de turbosina en México, podría ampliar su negocio, ya que el nuevo esquema de precios de Pemex podría abrirle oportunidades en algunos aeropuertos.

Mientras tanto, la eliminación del régimen de descuentos podría obstaculizar a las tres principales aerolíneas comerciales de México, que ya no recibirán descuentos por volumen y perderán competitividad frente a las aerolíneas regionales más pequeñas, además de las aerolíneas extranjeras.

Pero el impacto en las aerolíneas podría no ser significativo, ya que algunas tienen contratos de suministro directo con Pemex, según fuentes del mercado.

El gobierno tiene un monopolio sobre el mercado de turbosina de México, con Pemex suministrando gran parte del mercado.

La turbosina fue el último de los productos petrolíferos en abrirse a una mayor competencia en México después de los cambios constitucionales en 2014, pero el progreso de la reforma se detuvo bajo la administración de López Obrador, que ha impulsado una política de soberanía energética.

Por Antonio Gozain